autor.: Ramón Queradillas Frechidas
Remitido el 09-06-14 a las 04:27:28 :: 4714 lecturas
Ante todo quiero confesarme un gran seguidor de vuestro espacio web el cuál considero de auténtico interés por la valentía con que afronta los grandes temas de la sexualidad que es algo que me preocupa bastante ya que me considero – no sé si con razón – un hombre liberado. Se acerca el verano y mi mayor deseo es acudir a la piscina para disfrutar de la belleza sin embargo la falta de ejercicio y la ausencia de una dieta equilibrada me han otorgado una molesta tripita que deseaba eliminar por todos los medios. Por ello fui al Centro de Adelgamaziento y Peso Ideal doctor Farraldo – que no es doctor, como luego supe – al objeto de recibir tratamiento prescrito. Nuestra terapia – dijo el falso talego – se basa en dos elementos: la sexualidad y el deporte. ¿Sexualidad y deporte? Si, si, no es broma. Le hablo completamente en serio. Y me acompañó a un sótano donde había un pasillo muy largo, quizá de unos treinta o cuarenta metros. Me dejó solo y al cabo de unos instantes ser abrió una puerta en medio del pasillo saliendo una tia en pelotas. Me se quedo mirando y me dijo si me coges, me la metes. A mi me se plantó la pelila y salí corriendo a por ella pero la misma llegó al final del pasillo y se metió en un cuarto cerrando la puerta. Entonces me giré y otra vez se abrió la puerta de en medio del pasillo y salió otra tia en pelotas diciendo que si me coges me la metes. Y pasó igual. El juego duró media hora aproximadamente perdiendo a consecuencia del mismo trescientas treinta y cuatro calorías. No estaba mal. Y la pagué gustoso al doctor Farraldo tan útil tratamiento. Pero al día siguiente como yo ya sabía de que iba la cosa cuando las vi salir en pelotas sali corriendo para ver si me las follaba pero con menos ganas así que en lugar de perder trescientas treinta y cuatro calorías perdí menos de trescientas. Y al día siguiente igual asi que me puse en contacto con el doctor Farraldo y le dije que si por favor podía darme alguna tratamiento de choque puesto que mis planes para perder peso no estaban alcanzando los objetivos previstos. El me miro y me dijo. Hay tratamiento de choque, y también es de follar, pero hay mucha gente que no lo soporta por su intensidad y su dureza. No importa, le dije, quiero intentarlo inmediatamente. Volvimos a bajar al sótano del pasillo y el me dejo sólo. Yo me pensaba que se iba a abrir la puerta e iba a salir una tia superbuena para decirse eso de si me coges me la metes. Y me se plantó. Pero en eso que noto que me tocan la espalda. Y yo me creía que era el doctor Farraldo. Pero no era así. Se trataba de un negro con una pelila de a metro que con una sonrisa en los labios me dijo si te cojo, te la meto. Así que me puse a correr como alma que lleva el diablo que por poco me agarra un infarto y me muero del susto. Pero perdí ochocientas dieciséis calorías mas no la virginidad anal. Conclusión: el que algo quiere algo le cuesta y si os apuntáis a un tratamiento para perder peso fijaos en si el medico tiene título porque si no tiene titulo igual os dan por culo.
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